domingo, 11 de diciembre de 2011

Real Madrid -1 Barça-3 Revista de Prensa

LIGA BBVA | REAL MADRID 1 - BARCELONA 3

El fútbol contra la obsesión

El Barcelona se sobrepuso a un gol de Benzema en el primer minuto. Messi e Iniesta gobernaron el partido. Xavi marcó de rebote y Cesc sentenció de cabeza.

Liga BBVA. Jornada 16. Real Madrid 1-3 Barcelona

VIDEO - Liga BBVA - 11-12-2011
El Madrid se adelantó a los 22 segundos con un gol de Benzema, pero fue quedándose en nada. Alexis, Xavi y Cesc firmaron la remontada. El Barcelona, líder provisional.
REAL MADRID1
BARCELONA3
Real Madrid: Casillas; Coentrao, Pepe, Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Lass (Khedira, min.63), Özil (Kaká, min.58); Di María (Higuaín, min.68), Cristiano y Benzema.

Barcelona: Víctor Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Busquets, Xavi, Iniesta (Pedro, min.89); Alexis (Villa, min.84), Cesc Fábregas (Keita, min. 78) y Messi.

Goles: 1-0. Min.1. Benzema; 1-1. Min. 30. Alexis; 1-2. Min. 54. Xavi. 1-3. Min. 66. Cesc.

Árbitro: David Fernández Borbalán (Comité andaluz). Mostró cartulina amarilla a Xabi Alonso (26'), Lass (61'), Pepe (62'), Sergio Ramos (69'), del Real Madrid y a Alexis (27'), Messi (36'), Piqué (48'), del Barcelona.

Incidencias: 83.500 espectadores llenaron el estadio Santiago Bernabéu. Tito Vilanova, ayudante de Pep Guardiola, regresó al equipo tras mejorar de una grave enfermedad.
El fútbol contra la obsesión
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Real Madrid

ORGANIZACION - A FONDO
Fundación: 1902
Lugar: España

Barcelona

ORGANIZACION - A FONDO
Fundación: 1899
Lugar: España
Juanma Trueba | 11/12/2011
El Barcelona volvió a ganar en el Bernabéu. El Barça interrumpió el mejor momento que se le recuerda al Madrid, a cualquier Madrid. Ni con la carrerilla de un aeropuerto ni con los motores de un avión consigue saltar esta valla. El problema está muy cerca de trascender la pelota para acomodarse en el diván. Hay un complejo que devora al equipo y parte del entrenador. Ha sido él quien ha elegido las armas para combatir al Barcelona. Ha sido él, dueño de todo, quien ha apostado por la fuerza, la presión, por los cuerpos atléticos, polifuncionales e incansables. Pues no basta.
El temor es que una derrota digna nos devuelva otra vez a la edad de piedra y en el próximo duelo Pepe recupere lugar en el mediocampo; la pena será que el madridismo concluya que no existe otra alternativa contra el Barcelona, que se renuncie a la solución del fútbol antes de profundizar en ella, que se acepte la inferioridad.
A quien busque excusas se le ofrecen varias. La primera es que Messi hizo méritos para ser expulsado al final de la primera parte. Borbalán le había mostrado la amarilla por protestar y pudo repetir tarjeta después de una entrada a Xabi Alonso. El árbitro no se atrevió con tanto. El resto de las decisiones son opinables y favorecieron, por tramos, a unos y a otros. La suerte es la otra escapatoria, pero tampoco conduce a ninguna parte.

Origen.

Del primer minuto del partido hace ya un siglo. El gol del Madrid llegó antes de que los futbolistas hubieran terminado de persignarse o encomendarse a Alá. Víctor Valdés equivocó el pase (largo, arriesgadísimo, pecaminoso) y entregó el balón a Di María, que duerme con la bayoneta calada. Lo que sucedió después fue una sucesión rebotes, traspiés y nervios desatados. Despejó Busquets, mal, voleó Özil, peor, y por fin remató Benzema, con la tibia, pero mortalmente. Uno a cero.
El madridismo lo celebró como el guión soñado, casi como un augurio de felicidad. Sin embargo, pasado el primer sofocón, la alegría se moderó y se oyeron las tribulaciones de una afición a la que el Barça imparte lecciones de fatalismo. De la satisfacción del gol se pasó al temor a haberlo marcado demasiado pronto. Ya saben: un gol tan tempranero apenas tiene efecto en quien lo recibe, pues ni se asume la desgracia ni se padece tanto como otro más tardío, con menos tiempo para remontar. El Barça, en cambio, lo tenía todo.
Quizá por esa razón el equipo zarandeado no se sintió ante un drama, sino ante una habitación desordenada. Y Messi la arregló. A los seis minutos robó a Sergio Ramos y encaró a Casillas con aviesas intenciones. Su disparo, colocado como un dardo, lo sacó Iker con las yemas de los dedos.
Es difícil afirmar que fue esa jugada la que igualó el partido. De lo que no hay duda es de que igualó el miedo. A partir de ese momento, el Madrid dejó de disfrutar de las ventajas del anfitrión para encontrarse con los inconvenientes, el ansia, la inquietud. Cristiano las sufrió más que nadie.
Equilibradas las fuerzas, el encuentro nos mostró dos estilos opuestos, dos formas de ser. Si habláramos de maneras de hacer la guerra, nos valdría la comparación con aztecas y conquistadores. Mientras el objetivo de los indígenas no era dar muerte al enemigo, sino capturarlo, el de los españoles era rebajar las huestes rivales con arcabuces y espadazos. El prodigio del Barça es vencer jugando al rescate.
Por momentos, muchos, el plan resulta suicida, angustioso y provocador. El Barcelona se empeña en sacar la pelota jugada en todo momento, hasta cuando no lo recomienda el sentido común, ni los tratados del fútbol o la cardiología, y por ese contagio se explica el fallo de Valdés en el gol.
La hipnosis, sin embargo, surte efecto. Lo hemos visto mil veces. El equipo que observa se convierte en la serpiente que baila al son del faquir, demasiado concentrada e interesada como para atacar al flautista. Así se diluyó la ferocidad del Madrid. Cuando correr deja de ser rentable, se corre cada vez menos. Y se pierde el ritmo, y se extravía la fe.
Alexis empató. El gol fue una ocurrencia de Messi, que tomó el balón y se deshizo de Özil, Alonso y Lass. Surfeando sobre las piernas del francés asistió. Recibido el paquete, el chileno marcó con tino y valentía, perseguido por el aliento de dragón de Pepe.
El Barça sacaba partido de ese orden caótico que resulta indefendible para los soldados con armadura. No hay antídoto para semejante avispero de locos bajitos. Esos tipos no respetan las posiciones, ni las estaturas, ni guardan la mínima prudencia. Se incorporan al ataque cinco, seis, inconscientes, seguros de que no habrá repliegue porque habrá gol, seguros de que no habrá bronca porque hay Guardiola.

Rebote.

Xavi consiguió el segundo por pura fortuna. Chutó desde fuera y la pelota fue desviada letalmente por Marcelo. Casillas no tiene cintura para tanto porque tiene cintura humana y no es muñeco que se pueda colgar del retrovisor. El tercero lo marcó Cesc de cabeza, después de otro movimiento iniciado por Messi, gran asistencia de Alves al segundo palo, magnífica coreografía general.
Quedaban 25 minutos y fueron para pensar, cosa terrible. A los madridistas no les aflige tanto la derrota como los cien años que parece durar la guerra. El barcelonista sigue mecido en un sueño a prueba de cañonazos.
Entretanto, sobre el césped, el Barcelona se quedó conforme con el resultado y el Madrid dejó de jugar contra un equipo para medirse contra un trauma. En ese tramo la figura de Iniesta se engrandeció hasta el infinito. Cada balón que dominó cambio el tiempo del partido para transformarlo en el tiempo de Iniesta. Lento, si es necesario, veloz si toca, elegante siempre. Messi hace sentir al Barça la proximidad del gol, pero Iniesta le hace sentir seguro.
Los equipos se siguieron golpeando, no crean. En forma de ocasiones y en forma de arrimones. Cristiano tuvo el gol de la esperanza, pero cabeceó fuera, inexplicablemente, pues se encontraba solo. Su obsesión le puede. Su deseo de ser protagonista le convierte en secundario ansioso. La cercanía de Messi acentúa la comparación con Salieri.
Ni el mejor Madrid, ni un gran Benzema. Ni siquiera el Bernabéu. El Barcelona agranda su leyenda y alimenta un complejo.

El crack

Iniesta
En sus pies se fraguó la victoria. Movió al Barça, generó espacios y dio una exhibición de juego. Enorme.

¡Vaya día!

Marcelo
Descentrado, se vio superado por Alexis. Además, él fue quien desvió el tiro de Xavi que supuso el 1-2.

El dandy

Messi
Sostuvo al Barça cuando peor estaba. Asistió a Alexis en el 1-1 y creó peligro en todas sus apariciones.

El duro

Coentrao
Con 1-3 reflejó la impotencia del Madrid con un entradón a ras de suelo sobre Iniesta en el 72'.

Una verdad inapelable: el Barça es más

  • Desplegar
11/12/2011
El Barça es mejor que el Madrid. Lo era y lo sigue siendo. Valoro el esfuerzo del Madrid por desplazarle, ha hecho un grandioso equipo con ese propósito, ha llegado a distanciarle en la tabla de la Liga, pero anoche el Barça volvió a aplazar las discusiones. Y eso que regaló un gol en el 22", el más rápido en la historia de los clásicos. Sobreponerse a eso, más a un Madrid vigoroso que se le echaba encima, más a la caldera del Bernabéu, es mucho. Y el Barça lo hizo, poco a poco. Con problemas primero, luego mejorando, minuto a minuto, de forma casi imperceptible, pero constante. Y acabó en belleza.
Ganó el fino estilista al duro fajador. El Madrid tiene más fuerza, más estatura, más velocidad física en sus hombres y planteó un partido que sacaba de punto al Barça, que a ese ritmo asfixiante pierde precisión. Pero lo que no pierde es la fe, la confianza en su estilo. Y tiene a Messi, que en la primera mitad sostuvo a los suyos y metió el cuchillo entre la defensa del Madrid dos veces. La primera, para sacarle un paradón a Casillas. La segunda, para colocar ante el gol a Alexis, cuyo marcaje descuidó Pepe por la fascinación que le produjo el avance de Messi. Él salvó el trance malo, el del primer tiempo.
Luego, cuando la fatiga fue haciendo presa del Madrid, fue surgiendo el Barça. Entonces pudieron entrar todos, particularmente Iniesta, que exhibió su catálogo de maestrías. El resultado estuvo más cerca de una goleada que de una diferencia menor. Casillas redujo el marcador, pero la victoria era inevitable. El Barça es mejor y además en estos partidos Messi se distancia mucho de Cristiano, cuya obsesión por ser el número uno le traiciona en noches así. Fue, con todo, un Clásico hermoso, del que se fueron todos abrazándose. Una noche de fútbol de verdad y una verdad final: el Barça es más.

REAL MADRID 1-3 BARCELONA

Paseo en La Castellana

SANTIAGO SIGUERO 11/12/11 - 00:01.
El Barça volvió a pasearse en el Bernabéu. Al Madrid no le sirvió ni un gol a los 22 segundos para quitarse de encima un fantasma que amenaza con eternizarse en la Casa Blanca. Abrió el marcador Benzema, pero el Barça empató cuando quiso Messi, que asistió a Alexis para el 1-1. El 1-2 llegó a la vuelta del descanso, en un remate de Xavi que tropezó en Marcelo, y Cesc cerró el marcador con un gran gol de cabeza. El 1-3 refrendó la superioridad de un Barça que volvió a imponer su estilo paciente y de toque ante un Madrid al que ni siquiera tranquilizó el gol de Benzema. Más bien todo lo contrario.
Mourinho tiene un serio problema. No se trata de que su equipo no pueda competir con el Barça. Se trata de que no se lo crea. La victoria del Barça puede tener un efecto devastador sobre la moral del madridismo, rearmada a base de victorias, goles, buen juego incluso, pero demolida otra vez por un rival que hizo exactamente lo que todo el mundo esperaba que hiciera. Jugar con tres atrás o la identidad de los escuderos de Messi, son todas cuestiones secundarias. Mientras el fútbol se decida en el centro del campo y Messi juegue en el Barça, el clásico sólo se explica en clave azulgrana.
El Madrid tuvo el inicio soñado: un estadio a toda presión, una salida en tromba y un regalo de Valdés, que no despreció Benzema. Pero el sueño no tardó en envenenarse, porque el equipo local dio un paso atrás y permitió al Barça recuperarse en torno al balón. Sucedió entonces algo increíble: el Madrid iba ganando, dejaba a su rival a nueve puntos potenciales, pero eran los blancos los que corrían, los que confundían la velocidad con la prisa, los que hacían de cada posesión una contra. Siempre. Ni una vez se paró el Madrid a pensar, a darse un respiro, ni obligó al Barça a correr tras la pelota. Sucedió todo lo contrario. Fue el Barça quien, como sabiendo el final de la película, se puso a tocar, imponiendo su superioridad numérica en el medio, abriendo el campo con Iniesta, intercambiando piezas en ataque. Con todo, al rescate tuvo que acudir el de siempre, el jugador que siempre está en este tipo de partidos, que se fue de cuantos quiso antes de asistir a Alexis, que definió con maestría.
Messi gobernó el partido sin necesidad de hacer goles; Cristiano falló dos ocasiones que pudieron haber cambiado el guión
Poner el foco sobre Messi obliga a volver la vista sobre Cristiano. El portugués firmó otra noche para olvidar ante el Barça. Se equivocó en todas las decisiones importantes que hubo de afrontar, en especial en una contra que, con 1-0, decidió apostar a su gol en lugar de regalárselo a Di María. Hay otro futbolista del Madrid cuyo comportamiento es sintomático en este tipo de situaciones. Tras el empate, Pepe empezó a tener demasiado trabajo. Y ya se sabe lo mal que le sienta a este hombre el estrés.
Con todo, el partido se quebró en un lance inopinado. El Madrid, que salió del receso oxigenado, se derritió tras el 1-2. Xavi Hernández cazó un balón insulso en la frontal y el cuero, tras tocar en Marcelo, burló a Casillas. Entró llorando, tras tocar el palo, y así dejó al Madrid, incapaz de levantarse ante el muro azulgrana. No pudo tirar de él Benzema, pese a todo el mejor de su equipo, ni Di María, casi siempre precipitado, ni Ronaldo, que cerró una noche negra cabeceando fuera el balón del 2-2. Era un caramelo y, además, nadie le molestaba. Todo lo contrario que le sucedió a Cesc cuando, menos de un minuto después, remató en el segundo palo un centro perfecto de Dani Alves. El brasileño llegó como un avión, lanzado por Messi, quién si no. Leo no necesitó goles para gobernar el partido.
El tanto de Fàbregas cerró el partido, aunque el Barça, aferrado a un gran Iniesta, no renunció a hacer sangre. Pudo hacerlo, como también Benzema y Kaká estuvieron cerca del gol. En ambos casos hubiera sido maquillaje. Superfluo en el caso del Barça e insuficiente en el del Madrid. A día de hoy, la diferencia entre estos dos equipos no se mide en goles. Se mide en confianza. Y, en esa carrera, el equipo de Guardiola está a años luz del de Mourinho.

TRAS EL 1-3 DEL CLÁSICORSS Clásico

La prensa de todo el mundo se vuelve a rendir al Barça

Una vez más la prensa extranjera se vuelve a rendir al Barça. Y es que la victoria de los de Guardiola en el clásico contra el Madrid ha vuelto a dar la vuelta al mundo

La prensa internacional se rinde al Barça
La prensa internacional se rinde al Barça SPORT
Alba Martín / EFE| 11.12.2011 | 11:27h
"Pep Show Boys", se puede leer este domingo en la portada del rotativo argentino 'Olé¿, donde aseguran que “el Barça le regaló un gola al Madrid pero tiki, tiki, tiki, dio un recital, ganó y se fue al Mundial de Clubes”. El periódico argentino también asegura que Leo Messi tuvo una “actuación clave” en la victoria de los azulgranas en el Bernabéu.
En el mismo sentido gira la crónica del partido en 'El Clarín', otro de los medios de referencia del país de Leo. “El Barça otra vez aró una fiesta en el Bernabéu”, titulan en la web del rotativo, donde aseguran, además, que: “El santiago Bernabéu cada vez les sienta mejor al Barça”.
“Inegable”, así de claro lo tienen en el 'L'Equipe', el periódico deportivo de referencia en la prensa gala, que califica al conjunto de Pep Guardiola “sigue siendo demasiado fuerte”.
Por otro lado, la prensa italiana también estaca que la victoria conseguida anoche por el Barcelona ante el Real Madrid por 3 a 1 en el "clásico" reabre la lucha por la Liga española y supone un nuevo episodio de la "pesadilla" azulgrana que persigue al técnico portugués José Mourinho y a sus jugadores. El diario deportivo "La Gazzetta dello Sport" resume el partido con la "ilusión" de los blancos en los primeros compases del partido con el tanto tempranero del francés Karim Benzema, tras lo que llegó la "lluvia" de goles de parte del Barcelona sobre el Real Madrid y sobre Mourinho. Como toda la prensa italiana, el rotativo insiste en la incapacidad del Real Madrid de ganar al Barcelona de Pep Guardiola en Liga y, en este sentido, el partido de anoche supone, según 'La Gazzetta', "una nueva estación de su infinito vía crucis".

El otro gran diario deportivo italiano, 'Corriere dello Sport' dedica menos espacio al clásico, aunque titula con un rotundo: "Barcelona, la ley del más fuerte". 'Corriere dello Sport' destaca que Mourinho tuvo que "rendirse de nuevo ante Guardiola" e incide en que, aunque no marcó, el argentino Leo Messi marcó la diferencia en el partido, siendo "decisivo, como casi siempre cuando viste la camiseta azulgrana". El periódico también le dedica unas palabras al portugués Cristiano Ronaldo, de quien dice que "sufrió en el duelo a distancia con Messi" y que, a pesar de sus esfuerzos, en el partido no consiguió ser lo incisivo que le habría gustado para conseguir la victoria del Real Madrid.
En Brasil, ya temen la suerte del Santos en el Mundial de Clubes, que se disputará la próxima semana en Japón y donde podrían medirse ambos equipos. “El sábado, el equipo dirigido por Pep Guardiola dieron un espectáculo, venció a Real Madrid 3-1 y se fue al máximo de la moral del Este para conseguir otro título del torneo continental”, explica 'O'Globo'
Xavi, Messi e Iniesta son los héroes del Barça, según el 'New York Times', donde aseguran que: “La victoria reafirmó el dominio y la brillantez de control del balón del Barcelona y el juego de pases cortos, el estilo que combina a la perfección por lo general con la habilidad cegadora para atacar de sus líderes, Xavi, Andrés Iniesta y Lionel Messi”.
Finalmente, en Chile el goleador Alexis acapara los elogios de la prensa local. “La actuación de Alexis Sánchez fue sobresaliente y destacó por su gran personalidad en el campo del Real Madrid. El delantero se mostró muy participativo en el cuadro "culé" y fue uno de los arietes más agresivos del Barcelona”, aseguran en 'La Tercera'.
MI PARTIDO

El Barça desnuda al Madrid con otra lección de fútbol

Josep Maria Casanovas| 11.12.2011 | 04:05h
MERECEN UN MONUMENTO. El Barça desnudó al Madrid. Lo dejó en pelotas. Lo bajó de la nube blanca. Le dio otra lección de fútbol a domicilio. Los de Mourinho parecían aprendices. No supieron aprovechar un gol psicológico a los treinta segundos y en la segunda parte fueron un muñeco roto. Cuarta victoria de Guardiola en el Bernabéu. Otro palo terrible para Mou que no puede con su bestia negra. Tácticamente Pep revolucionó el partido en la segunda parte cuando los blancos siempre fueron a remolque. Golpe durísimo para Florentino Pérez que se las prometía muy felices con el ansiado cambio de ciclo. Siguen chupando rueda, siguen mostrando impotencia, siguen doblando la rodilla ante su máximo rival. Este Barça merece un monumento ya que remontó un marcador muy complicado, borró al Madrid y hasta perdonó la goleada.
HAY LIGA, MUCHA LIGA. Guardiola cambió el partido en el descanso. Su equipo estaba encallado en la primera parte, con Iniesta perdido en una banda, Cesc desaparecido y Messi muy marcado. Alexis con un gran gol equilibró una balanza que en los primeros minutos cayó por el lado blanco. Pep ganó la partida a Mou en el vestuario ya que la segunda parte solo tuvo color blaugrana. Tan pronto se apoderaron del balón, el Madrid perdió los papeles y desde el banquillo no supieron reaccionar ya que los cambios no sirvieron de nada. Las quince victorias blancas se deshicieron como un castillo de naipes tan pronto Iniesta comenzó a triangular con Xavi y Messi. El Madrid se cayó de su pedestal y el Barça demostró que hay Liga, mucha Liga.
ESTAMOS ORGULLOSOS Y FELICES. Estamos contentos de que el error inicial de Valdés quedara en simple anécdota. Estamos orgulloso del rendimiento de Puyol que parece un chaval con un coraje extraordinario. Estamos felices de que Alexis confirmara con un golazo todo su potencial. Estamos tranquilos de ver como Tito Vilanova volvió a vivir un partido desde el banquillo. Estamos entusiasmados con el rendimiento del Barça que siempre da la mejor nota en los grandes partidos. Todo lo contrario de Cristiano Ronaldo, que confirmó una vez más que en los choques con el Barça no da la talla. En definitiva, partidazo del Barça que volvió a pasar por encima del Madrid.

AL CIERRE

Gracias, gracias, gracias

Francesc de Haro| 11.12.2011 | 04:05h

AFORTUNADOS. Estamos viviendo una época que nunca podrá borrarse de nuestras mentes por muchos años que pasen. Si alguien tenía alguna ligera duda de cuál es el mejor equipo del mundo, solo tiene que revisar otra vez la exhibición del FC Barcelona en el Santiago Bernabéu, algo que ya va siendo habitual cada vez que el equipo azulgrana visita el recinto madridista. Se acuerdan del 2-6, 0-2, otro 0-2...
Decían a 600 kilómetros de Barcelona que este Madrid de Mourinho llegaba en mejor momento, en mejor forma que el Barça de Guardiola. Que este Madrid podía cuestionar el reinado culé. Me río. Este Barça ha sido, es y será mejor que el Madrid porque futbolísitcamente no hay color entre los dos equipos. O mejor dicho, solo hay color azulgrana. El Madrid no puede competir porque no tiene ni a Xavi, ni a Iniesta, ni a Cesc, ni a Busquets... Su fútbol es otra cosa. Está a otro nivel pero no solo un partido. Lleva estándolo muchos años, tantos como Pep se sienta en el banquillo.
Los aficionados culés vivimos en una felicidad permanente. Nunca les podremos agradecer a toda este grupo las alegrías que nos están dando semana a semana, partido a partido. Y, muy especialmente, cuando se enfrentan al Madrid. Cada duelo contra los blancos es un baño, un orgasmo de felicidad, una demostración de cómo se juega a fútbol. Todo el mundo ha podido ver que el reinado del Barça no tiene fin. El Madrid tendrá que seguir esperando muchos años. Que así sea.

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